No solo es uno de los materiales más higiénicos y decorativos que existen, sino que el acero inoxidable es muy resistente y duradero. Además, da un aire moderno a cualquier espacio. El uso del acero inoxidable es habitual en la cocina, pero también puede encontrarse en el baño en forma de grifos y accesorios. Este puede limpiarse y mantenerse de diversas maneras.
En la cocina: Cuestión de gusto exquisito e higiene
Los electrodomésticos de acero inoxidable se han usado por años y confieren una chispa de modernidad y belleza a las cocinas. Mantener las superficies de esta material limpias es esencial y lilimpieza ofrece los mejores consejos
Uno de los problemas más comunes que presentan los electrodomésticos de este material son las manchas de humedad o las huellas dactilares que marcan cuando se tocan habitualmente.
Éstas, en cambio, se eliminan fácilmente limpiándolas con un paño de microfibra húmedo y secándolas después para evitar que queden manchas.
El mantenimiento es sencillo
La limpieza de las superficies de acero inoxidable no es más difícil que la de cualquier otro material utilizado en las cocinas actuales.
Es muy higiénico y sencillo de limpiar porque su superficie es lisa y carece de poros. Basta con pasar una esponja humedecida en una solución de agua y jabón neutro. No se necesitan productos de limpieza más fuertes, al menos para la limpieza rutinaria.
Limpieza profesional: No siempre es necesaria
El hecho de que la mayoría de las cocinas profesionales de los restaurantes, por ejemplo, sean de acero inoxidable desde las placas de cocción hasta las encimeras, estanterías y armarios, demuestra su versatilidad.
En este tipo de entornos la limpieza es fundamental. Los profesionales utilizan con frecuencia productos desinfectantes para mantener las superficies limpias de bacterias y gérmenes.
Este nivel de higiene no es necesario en la casa, a pesar de que en estos días de coronavirus, debemos asegurarnos de que la cocina esté bien desinfectada. Un lavado a fondo con agua y jabón es suficiente para el uso diario.
Alternativas naturales
Si se decide evitar los productos químicos agresivos y en su lugar, utilizar materiales más naturales, estas son algunas opciones:
- El bicarbonato de sodio ayudará a mantener todo el acero inoxidable en perfectas condiciones. Es tan sencillo como extenderlo con una esponja húmeda, aclararlo y secarlo con un paño.
- Solución de vinagre y agua: se debe usar para limpiar y dar brillo a los accesorios de acero inoxidable como fregaderos y grifos.
- El zumo de limón es otra forma natural de devolver el brillo al acero.
Cómo recuperar el brillo
Al transcurrir el tiempo este material puede ir poniéndose un poco opaco y perder su brillo original. Sucede especialmente con los grifos, pero también con mesas, encimeras y otros productos.
Los productos naturales antes mencionados son ideales, pero el mercado ofrece una gama de productos especiales para esto
Consejo importante
Es fundamental no utilizar estropajos abrasivos en el acero porque pueden rayarlo. Hay que usar esponjas y paños suaves. Este es un error que se suele cometer y lo peor es que es difícil de reparar. Una fisura en la superficie del acero tiene muy mala estética, así que hay que evitarlo a toda costa.
Cómo combatir la acumulación de cal en el agua
El brillo del acero inoxidable se ve opacado por las manchas blanquecinas causadas por la cal en el agua. Es frecuente encontrarlas en grifos y fregaderos, sobre todo en zonas con agua extremadamente dura.
Para erradicarlas por completo, se puede utilizar un producto anticalcáreo que se encuentra en el mercado, aunque algunos son bastante agresivos.
Lo mejor es crear un descalcificador casero, que es tan eficaz o más que los productos comerciales. Sólo se tiene que combinar agua, vinagre y alcohol a partes iguales. Pulveriza directamente sobre el objeto a limpiar y déjalo secar sin aclarar. El resultado es sorprendente y bastante rápido y eficaz. Se debe repetir periódicamente.