Durante esas horas empiezan a entrar dudas y un cansancio que hasta hace unos momentos no se había manifestado con tanta fuerza.
¡No te preocupes! Estos consejos te ayudarán a volver el aseo una actividad más llevadera. ¡Vamos!
1. Prepara todo lo que necesitas
Esto es clave para evitar contratiempos y no dejar que el fastidio y el ajetreo innecesario entren en el proceso, solo tienes que colocar los productos, como el ambientador o los desinfectantes, cerca del lugar que vas a limpiar.
Esto depende mucho de la habitación o espacio que vas a asear y del tipo de limpieza que quieres llevar a cabo, ya que algunos pueden requerir la aspiradora y otros solo un paño húmedo, por ejemplo.
Sea lo que sea que necesites, ubícalo antes de empezar la limpieza para que lo tengas a tu alcance sin trasladarte demasiado.
Esto, además, podría evitar que te saltes un paso del proceso por no tener el producto o utensilio que requieres, cerca de ti.
2. Planifica la hora y el día o los días que vas a limpiar tu casa
La vida es ajetreada y en más de una ocasión el calendario está tan lleno que da la impresión de que no hay tiempo ni para comer.
No te agobies, para eso está la planificación y así como esta genial actividad se utiliza en el trabajo y en los estudios, también se incorpora en otras áreas de la vida y el día a día.
Planifica con tiempo, incluso con una o dos semanas de antelación, el día en que vas a realizar el aseo de la casa.
Eso te va a permitir desarrollar las demás actividades alrededor de la limpieza y no dejar que nada se interponga en tu camino.
Asimismo, puedes escoger la posibilidad de limpiar una habitación por día.
3. Elige por cuál habitación vas a empezar (escoge las más sencillas primero)
Las casas suelen estar distribuidas en diferentes habitaciones o espacios y elegir el orden en que vas a limpiarlos te ayudará a evitar tomar la decisión de cuál es el que sigue cada vez que finalizas con uno.
Para hacer las cosas más sencillas es recomendable que inicies por aquellas habitaciones que no requieran de mucho trabajo para estar limpias, ya sea porque son más pequeñas o porque no están tan sucias.
Así evitas cansarte tanto al iniciar y ahorras tiempo y productos.
4. Toma pequeños descansos al cambiar de habitación o espacio
Descansar para recobrar fuerzas es importante y en los días de limpieza ardua es más que necesario para mantener el ritmo.
Considera un descanso por cada habitación o lugar que limpies y recuerda hidratarte y comer algo durante ese momento.
5. Pide ayuda
No tienes que asear solo por tu cuenta, también puedes solicitar ayuda de tu familia y compartir esta tarea. ¡Seguramente será más divertido!
¡TIP EXTRA!: Toma notas
Tomar notas te ayudará a saber qué fue lo que organizaste y qué tipo de decisiones te ayudaron a hacerlo de mejor forma y cuáles son aquellas cosas que se te complicaron.
Esto sin dudas te va a permitir hacer un análisis y encontrar mejores maneras de llevar a cabo la limpieza la próxima vez.
Puede parecer exagerado, pero también puede ser de gran ayuda.
Mantén tu casa en orden con estos consejos y encuentra la rutina que se adapte a ti.
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