Los NFT en el año 2021 se convirtieron en la promesa de inversión digital, pero ahora se ha convertido en una total incertidumbre, ya que parece que no están transitando por buen camino.
El año pasado los gurús afirmaban con gran entusiasmo que en NFT podía ser convertido cualquier contenido digital, tal y como sucedió con la primera publicación en la red social de twitter, la cual fue comprada como un activo digital por alrededor de 3 millones de dólares.
Todo ha transcurrido muy rápido, en el 2021 las transacciones digitales llegaron a más de 40 mil millones de dólares.
¿Por qué ya no es rentable este tipo de activos?
Una investigación avisó de a contracción de este mercado en los primeros cuatros meses del 2022, donde una empresa de blockchain señala que el número de usuarios implicados en las operaciones de NFT ha reducido en casi el 50%.
Además, una investigación también realizada por The Wall Street Journal dejó en evidencia una alteración muy desproporcionada que existe en cuando a los precios de estos activos.
Un claro ejemplo de ello es el precio del primer tuit mencionado anteriormente, debido a que, a pesar de la cifra tan alta de compra en el 2021, para este año también fue puesto a las ventas y solo recibió una que otra oferta de compra, la cual no supera los 900 dólares, es decir que esta cifra no llega ni siquiera al 0.04% del monto inicial.
Sin embargo, existe otro factor que también impacta en la desconfianza que ahora generan los NFT, y este tiene que ver con los hackeos y las estafas. Esto se debe a que varios artistas han demandado que sus obras han sido digitalizadas y convertidas en NFT sin el consentimiento previo de ellos. Razón por la cual se ha creado una guía en donde se activan y hacen valer los derechos de autor.
Escenario que alberga 2 paradojas
Cuando hablamos de NFT el primer referente en que podemos pensar es en el OpenSea, que se conoce como el Amazon de los activos digitales.
Esto no sorprendería si existieran otros actores que también compitieran en condiciones igualitarias, pero se trata de un escenario nuevo con pocos referentes, lo que ha provocado una importante centralización de las operaciones con un número muy reducido de competidores, convirtiéndose en algo paradójico.
Otro problema es el creciente clima de desconfianza generado entre los usuarios, pues muchas voces a través de redes sociales piden más vigilancia y control respecto a un escenario o plataforma que alardee de su carácter descentralizado.
Por lo que se contraponen dos situaciones, una es la Casa Blanca adelantando acciones para promover una legislación, mientras que China impone controles en la economía virtual.