El mundo online ha experimentado un crecimiento explosivo en los últimos años. Miles de servicios y plataformas han ido naciendo impulsados por el empuje de la red. Un fenómeno que se debe en parte a que emprender desde una web es algo relativamente sencillo. Pero también la competencia es feroz. Las nuevas empresas de internet luchan por conseguir la atención y la fidelidad de su público objetivo. El combate por los usuarios es a muerte. Y esto ha propiciado que las empresas digitales busquen maneras de captar más usuarios. Una de las decisiones que más relevancia está adquiriendo en los últimos tiempos es la de facilitar los procesos de registro, tan tediosos en demasiadas ocasiones. Repasamos a continuación cómo prestar atención a este proceso puede mejorar tanto las tasas de conversión como el aprecio de los internautas.
La primera impresión, clave
La psicología de la primera impresión es innegable. Cuando el objetivo de una compañía web es convertir visitantes en usuarios y conseguir el mayor número posible de registros, lo último deseable es que la página de registro actúe como un obstáculo que eche para atrás. Con frecuencia, se trata de la primera interacción significativa que los visitantes tienen con una empresa basada en la web. El proceso debe ser rápido, sencillo y sin quebraderos de cabeza. ¿Te imaginas un comercio de los de toda la vida con bloqueos y dificultades para comprar? ¡Los clientes no adquirirían nada! Por eso es tan importante que la primera impresión sea buena y esté libre de cualquier complicación, especialmente porque con esmero conseguir esto es posible.
Cuantos menos pasos para registrarse, mejor
El tiempo es oro y más en nuestros días. Nadie quiere perder ni un segundo. Además, vivimos en una época en la que el bombardeo de estímulos es prácticamente continuo y somos poco amigos de prestar atención a un proceso durante ratos prolongados. Por eso, un proceso de registro en una web tiene que tener el mínimo número de pasos que sea posible para completarse con éxito. En ocasiones, hay procesos que requieren más de 10 pasos, lo que resulta inaceptable para el común de los usuarios. Está bien mencionar algunos actores que están haciendo sus deberes y que demuestran que simplificar el proceso de registro es posible. Un ejemplo es la plataforma digital Betway, que dispone de una variedad de juegos de casino a la cual se puede acceder desde cualquier sitio con un dispositivo compatible y que ha demostrado que se puede hacer un proceso completo de registro en apenas 3 sencillos pasos. En tan solo un par de minutos el usuario consigue tener una cuenta activada. Destacan también las compañÃas de streaming de música y series mejor valoradas en 2019, Spotify y Netflix, que comparten también un aspecto en común que no siempre se tiene en cuenta: ambas ofrecen procesos de registro sumamente simples y fluidos. En resumen, menos pasos es igual a más satisfacción de usuario.
La accesibilidad móvil, imprescindible
Atrás han quedado los tiempos en los que el principal dispositivo para navegar por la red era el ordenador de sobremesa. A día de hoy, el volumen de tráfico de datos móviles es espectacular: se predice que en el año 2022 rozará el zettabyte. Por eso, ignorar el hecho de que un gran porcentaje de usuarios se conecta desde el móvil puede ser una pésima idea a la hora de diseñar un proceso de registro web. Es imprescindible una apuesta clara por un diseño responsive, es decir, que se adapte perfectamente a las pantallas e interfaces de un teléfono móvil. Y, ya de paso, comprobar que estén implementadas buenas prácticas de diseño web. De lo contrario, se corre un gran riesgo de perder muchos registros.
En resumidas cuentas, optimizar el proceso de registro de tu negocio web es imprescindible. Se trata de una herramienta estratégica que no puede faltar en el arsenal de las mejores estrategias de marketing digital. No se trata de una cuestión menor que pueda quedar relegada a la larga lista de buenas intenciones que tienen todos los emprendedores. Más a menudo de lo que se cree, el proceso de registro determina la captación y posterior fidelización de un cliente. Es decir, si un cliente se topa con complicaciones para registrarse, la idea de que cualquier interacción futura será una pesadilla se instala con fuerza en su mente. Y, seamos francos, razón no le faltará.