Cuando una persona a lo largo del tiempo comienza a disminuirle el sentido del olfato no solo predice la perdida de esta función cognitiva, sino que también puede suponer cambios estructurales en las regiones del cerebro, las cuales son muy importantes y se relacionan con la enfermedad de la demencia en general y el alzheimer.
Una investigación realizada por la Universidad de Medicina de Chicago ha dado una pista de lo que es un rápido declive del sentido del olfato, siendo este un indicador muy bueno de lo que va a terminar ocurriendo estructuralmente en diversas regiones específicas del cerebro.
El estudio se basa en el seguimiento de 512 adultos mayores, y se publicó en la revista “Alzheimer & Dementia: The Journal of the Alzheimer´s Association”.
Relación entre la demencia y el olfato
La memoria juega un papel fundamental en la capacidad humana del reconocimiento de olores, y por ello la comunidad científica hace énfasis en la relación que tiene el sentido del olfato con la demencia. Pues, las placas y ovillos que son característica del tejido que se afecta por el Alzheimer suelen aparecer en las zonas olfativas del cerebro que se asocian a la memoria, mucho antes de que se desarrollen en otras partes de este órgano.
Sin embargo, se desconoce si este daño es el que causa la disminución del olfato en una persona.
El equipo de investigadores quería ver si se podían identificar alteraciones en el cerebro que tuvieran relación directa con la perdida del olfato y la función cognitiva de una persona a lo largo que pasa el tiempo.
Rachel Pacyna, investigadora en el estudio detalló que la idea de ellos era que las personas con un sentido del olfato que iba disminuyendo rápido con el tiempo estarían en peor forma que aquellas personas en las que el olfato disminuía lentamente o tenían el olfato natural y normal.
El equipo usó datos anónimos de pacientes en el proyecto e investigó afecciones crónicas de envejecimiento y enfermedades neurodegenerativas, como es el caso del Alzheimer.
Para todo esto, de forma anual los pacientes se someten a pruebas de comprobación para identificar ciertos olores, para conocer su función cognitiva y asociar esto a los signos de demencia, incluso a varios pacientes se les realizó resonancia magnética.
La perdida del olfato predice enfermedades
Entre sus muchas observaciones, los científicos notaron que una rápida perdida del olfato durante un periodo de cognición normal predice características del Alzheimer, incluyéndose un menor volumen de materia gris en las zonas del cerebro que se relacionan con el olfato y la memoria, ocasionando un mayor riesgo de demencia.
Este estudio debe de tomarse en el contexto de todos los factores de riesgo ya conocidos del azlheimer, incluyendo los efectos de la dieta y la practica de ejercicio.
Cuando se detectan cambios en el olfato hay que consultar al médico, ya que esto se cree afecta al cerebro y a la salud mental de las personas, por lo que no hay que dejar pasar este signo de alarma.
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