El aceite de coco es un producto natural que se ha utilizado desde la antigüedad por sus múltiples propiedades y beneficios. Sin embargo, en las últimas décadas, ha cobrado mayor relevancia debido a los avances científicos que han demostrado sus efectos positivos para la salud, la belleza y el bienestar. Por ello, te hablaremos ahora sobre por qué usar el aceite de coco, tanto en la alimentación como en el cuidado personal, y se presentarán algunos de los beneficios que se pueden obtener al hacerlo.
Beneficios de utilizar el aceite de coco
Este producto natural dispone de múltiples beneficios que abarcan diversos campos como lo son la salud, la belleza y el bienestar. Algunos de estos beneficios son:
- Es una fuente de ácidos grasos de cadena media, que son fácilmente digeridos y utilizados por el organismo como energía. Estos ácidos grasos también tienen propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y antioxidantes.
- Ayuda a mejorar el perfil lipídico, reduciendo los niveles de colesterol malo (LDL) y aumentando los de colesterol bueno (HDL). Esto puede prevenir o revertir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Favorece la pérdida de peso, ya que aumenta el gasto energético y la sensación de saciedad. Además, ayuda a reducir la grasa abdominal que está asociada a mayor riesgo de diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
- Hidrata y nutre la piel, el cabello y las uñas, gracias a su contenido en vitamina E y ácido láurico. También tiene efectos antibacterianos, antifúngicos y antivirales, que pueden prevenir o tratar infecciones cutáneas.
- Mejora la función cognitiva, ya que los ácidos grasos de cadena media pueden ser utilizados por el cerebro como combustible alternativo a la glucosa. Esto puede tener beneficios para personas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Cuidado de la piel y el cabello con aceite de coco
El cuidado de la piel y el cabello con aceite de coco es una práctica que tiene muchos beneficios, tanto estéticos como saludables. Algunas de las formas de usar el aceite de coco para la piel y el cabello son:
- Hidratante: el aceite de coco se puede aplicar directamente sobre la piel del rostro y del cuerpo, o mezclarlo con otras cremas o aceites esenciales. También se absorbe rápidamente y deja la piel suave, tersa y luminosa. Además, ayuda a reparar los tejidos dañados por el sol, el frío o la contaminación.
- Desmaquillante: es capaz de disolver el maquillaje y las impurezas que se acumulan en los poros, gracias al ácido láurico que contiene. Además, se puede usar como primer paso de una doble limpieza facial, aplicando una pequeña cantidad sobre un algodón o directamente con los dedos, y masajeando suavemente el rostro.
- Acondicionador o remedio para la caspa: este producto nutre e hidrata el cabello seco, dañado o encrespado, aportándole brillo, suavidad y elasticidad. También previene la caída del cabello, estimulando el crecimiento y fortaleciendo las raíces. Se puede usar como mascarilla capilar, aplicando una cantidad generosa sobre el cabello húmedo, desde la raíz hasta las puntas, y dejando actuar durante al menos 20 minutos. Del mismo modo, el aceite dispone de propiedades antifúngicas que pueden eliminar la caspa causada por hongos como el Malassezia.
- Tratamiento para el acné: gracias a sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, puede ayudar a combatir las bacterias que causan el acné, así como a reducir el enrojecimiento e inflamación de las espinillas.
Propiedades del aceite de coco
El aceite de coco posee diversas propiedades beneficiosas, incluyendo su potencial para mejorar la salud cardiovascular al elevar el colesterol HDL y disminuir el colesterol LDL. Su composición resistente al calor lo hace ideal para cocinar y freír.
Además, es apreciado en la industria cosmética debido a sus cualidades hidratantes para el cabello y la piel y se cree que su contenido de ácido láurico le otorga propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. Sin embargo, se debe consumir con moderación debido a su alta densidad calórica. Por lo tanto, es aconsejable consultar a un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en la dieta o en la rutina de cuidado personal.