Ciertamente, existen distintos tipos de empresas de alimentos en el mundo, algunas son de crianza, otras de producción de productos derivados y así muchas más. No obstante, sin importar el tipo de la que se trate, todas se rigen por el mismo conjunto de reglas globales para el sector, por lo que deben tener cuidado al no salirse de la normativa. Esto favorece primordialmente a la seguridad de los consumidores, permitiendo que se sean conscientes de la calidad de los productos.
Cuidado ambiental
Nada gana más puntos entre los consumidores que los productos de empresas que cuidan el medioambiente, puesto que muchos de ellos tienden a preferir artículos que no lo dañen.
Es por ello que contar con la norma ISO 14001 es una buena forma de ganarse su favor. Esta certificación permite identificar, gestionar y corregir cualquier riesgo ambiental en el que pueda tener efecto la actividad que realiza la empresa, teniendo en cuenta que puede ser durante la producción o durante el proceso de destrucción de los desechos que derivan de la misma.
Su implantación no se centra sólo en la industria alimentaria, siendo una norma diseñada para cualquier empresa sin discriminación de sector, tamaño o ubicación geográfica.
En la actualidad, muchas empresas son las que cuentan con esta certificación y muchas más las que trabajan para obtenerla.
Gestión de seguridad y calidad
En el proceso de producción de alimentos no puede escaparse nada, puesto que cualquier error puede causar problemas de salud en los consumidores del producto. Por tal motivo, la norma ISO 9001 se mantiene regulando la instauración de un sistema de gestión de calidad adecuado en todo momento.
Este punto garantiza que se pueda contar con un sistema seguro y confiable que se da mediante tres principios básicos: mejora continua, satisfacción del cliente y participación del personal.
Sus principales ventajas son:
- Potencia la imagen ante terceros.
- Optimiza todo el proceso de producción de la empresa.
- Reduce costes de trabajo.
- Disminuye las quejas por parte de clientes.
Exportar productos
La seguridad alimentaria es un punto importante para cualquier compañía de alimentos que pretenda mantenerse en el tiempo, esto le ayuda a mejorar su nombre y su marca a nivel nacional e internacional. A pesar de ello, las empresas alimentarias que se mantengan dentro de los parámetros de la Unión Europa, hacen que exportar fuera de dicho parámetro sea una tarea de certificación.
El Sistema de Autocontrol Específico (SAE) es indispensable para poder colocar los productos en el mercado de cualquier país que no pertenezca a la Unión, haciendo que el proceso sea un poco más complicado que el que se realiza en otros lugares.
Es imprescindible asesorarse adecuadamente del proceso antes de aventurarse, para no llevarse ninguna sorpresa.
Comercialización a escala
Comenzar desde abajo una compañía es mucho más difícil de lo que parece, por lo que no a todos los minoristas y sin experiencia, se les puede otorgar el certificado BRC.
Esta certificación requiere de un proceso específico donde deben participar todos y cada uno de los empleados de la compañía para que pueda funcionar. Su finalidad procede de la promoción de protocolos de calidad y seguridad alimentaria correctas, donde se pueda asegurar el cumplimiento de los proveedores, contando también con que los minoristas puedan garantizar la calidad y seguridad de los productos con los que comercian.
Aunque esta certificación evoca a los minoristas, también debe ser cumplida por supermercados que cuenten con marcas blancas o propias.
Creciendo con seguridad
Cualquier empresa de alimentos debe ser capaz de controlar sus procesos, y hacerlos cada vez más eficientes y adecuados para garantizar la seguridad alimentaria. Es por ello, que las normas promueven su logro y sancionan su incumplimiento con tanta severidad.