WASHINGTON: La adicción, no solo al teléfono celular y al uso de Internet, puede provocar ansiedad y depresión en los jóvenes, afirma un nuevo estudio.
«Hay una larga historia de temor público a las nuevas tecnologías a medida que se implementan en la sociedad», dijo Alejandro Lleras, profesor de psicología en la Universidad de Illinois.
Ese miedo a las nuevas tecnologías ha pasado con los televisores, los videojuegos y, más recientemente, los teléfonos inteligentes, dijo. Los investigadores entrevistaron a más de 300 estudiantes universitarios con cuestionarios que abordaban la salud mental de los estudiantes, la cantidad de uso de teléfonos celulares e Internet y las motivaciones para usar sus dispositivos electrónicos.
El objetivo era ver si los comportamientos adictivos y autodestructivos con los teléfonos e Internet estaban relacionados con la salud mental. «Las personas que se describen a sí mismas con comportamientos de estilo realmente adictivo en Internet y los teléfonos celulares obtuvieron puntajes mucho más altos en las escalas de depresión y ansiedad», dijo Lleras, quien dirigió el estudio con la estudiante graduada Tayana Panova.
Sin embargo, los investigadores no encontraron ninguna relación entre el uso de teléfonos celulares o Internet y los resultados negativos para la salud mental entre los participantes que usaron estas tecnologías para escapar del aburrimiento. La motivación para conectarse es un factor importante que vincula el uso de la tecnología con la depresión y la ansiedad, dijo Lleras.
En un estudio de seguimiento, Lleras probó el papel de tener, pero no usar, un teléfono celular durante una situación estresante. Las personas a las que se les permitió conservar sus teléfonos móviles durante una situación experimental y estresante tenían menos probabilidades de verse afectadas negativamente por el estrés en comparación con las que no tenían sus teléfonos.
«Tener acceso a un teléfono parecía permitir que este grupo resistiera o fuera menos sensible a la manipulación del estrés», dijo Lleras.
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Este beneficio fue pequeño y de corta duración, pero sugiere que el teléfono puede servir como un elemento de comodidad en situaciones estresantes o que provocan ansiedad. Si bien el papel de los teléfonos como elementos de comodidad es algo tenue, la relación entre la motivación para el uso de teléfonos celulares o Internet y la salud mental merece una mayor exploración, dijo Lleras.
Romper los hábitos tecnológicos adictivos podría proporcionar un tratamiento complementario importante para tratar problemas de salud mental como el trastorno de ansiedad general o la depresión, dijo. “No debemos tener miedo de que las personas se conecten en línea o hablen por teléfono”, dijo.
«Interactuar con el dispositivo no lo deprimirá si solo lo usa cuando está aburrido. Debería ayudar a calmar parte de la ansiedad del público sobre la nueva tecnología», dijo Lleras.
El estudio fue publicado en la revista Computers in Human Behavior.