La mostaza inglesa es un aderezo muy popular a lo largo del mundo, destacando por su distintivo y picante sabor. Descubre el fascinante proceso de producción de la mostaza inglesa, desde la selección de los ingredientes hasta el envasado final.
La mostaza inglesa es un icónico y delicioso condimento que apareció hace muchos siglos, cuando fue introducido por los romanos a Gran Bretaña. Desde ese momento, ha logrado evolucionar, convirtiéndose en una de las variantes más destacadas y populares de la mostaza en muchos lugares del mundo.
Su sabor único y su versatilidad culinaria han hecho de ella una opción favorita tanto para profesionales de la cocina como para amantes de la comida, siendo utilizada en una gran cantidad de recetas, desde sándwiches y hamburguesas hasta ensaladas y marinados, gracias a que otorga un toque de sabor adicional que perfecciona cualquier comida.
Ingredientes básicos de la mostaza inglesa
La mostaza ingresa es un condimento especialmente versátil que puede ser utilizado para acompañar carnes, quesos, salchichas, sándwiches, ensaladas y mucho más. También se suele usar como ingrediente para la preparación de salsas, aderezos o marinados.
A diferencia de otras mostazas, la mostaza inglesa cuenta con un característico sabor picante, un color más oscuro y una textura granulada, debido a los diferentes ingredientes clave que la componen. Entre estos destacados se encuentran los siguientes:
- Semillas de mostaza: son el componente principal que le dan el sabor y la textura a la mostaza. Usualmente, se utilizan semillas de mostaza de color blanco o marrón, las cuales poseen un sabor más picante y aromático. Las semillas de mostaza son molidas hasta que se convierten en una harina fina, que es mezclada con agua para formar una pasta.
- Vinagre: este líquido es añadido a la pasta de mostaza con la finalidad de brindarle consistencia y conservación. El vinagre también ayuda a potenciar el sabor picante de la mostaza, activando los compuestos químicos que causan esa sensación. Asimismo, el tipo de vinagre, ya sea de malta, de vino o de sidra, puede ser utilizado en base a las preferencias del productor.
- Especias: son las que le proporcionan color y aroma a la mostaza. Las especias que se implementan de manera más común en la preparación de la mostaza inglesa son la cúrcuma, el pimentón, el ajo y el azúcar. La cúrcuma le brinda un intenso tono amarillo a la mostaza, el pimentón le da un ligero toque rojizo y ahumado, el ajo profundiza el sabor y el azúcar equilibra el picante al otorgar un punto dulce.
¿Cuál es el proceso de producción?
El proceso de producción de la mostaza inglesa cuenta con numerosos pasos de vital importancia. En primer lugar, se encuentra la limpieza y clasificación de las semillas de mostaza. De esta manera, se eliminan impurezas presentes en las mismas, como polvo, piedras o restos vegetales. Luego son clasificadas por tamaño y color, descartando las que estén dañadas o posean defectos.
Una vez seleccionadas, las semillas de mostaza pasan por un proceso donde se muelen en un molino especial que las convierte en una harina fina, que luego es mezclada con agua para formar una pasta. Esta pasta se deja reposar a lo largo de múltiples horas para activar el sabor picante de la mostaza. Luego, se vuelve a moler para suavizar y homogeneizar su textura.
El siguiente paso es añadir el vinagre y las especias a la pasta de mostaza, garantizando que se mezclen correctamente para integrar los sabores. El vinagre permite conservar la mostaza y potenciar su picor, mientras que las especias agregan color y aroma adicional a la mostaza inglesa.
Por último, la mostaza inglesa es envasada en frascos o tubos de plástico sellados de manera hermética para evitar que entre el aire y se pierda su sabor. Además, es importante recordar que la mostaza inglesa debe ser almacenada en un lugar fresco y oscuro para garantizar su conservación.