Las abejas producen un edulcorante natural de gran sabor que, además, ayuda a llevar una vida más sana que la que se tiene al consumir azúcar refinada. La miel aporta energía y ayuda a generar anticuerpos. Este producto se considera un antibiótico, antiséptico y preservador orgánico, entre otros beneficios.
La miel es un alimento natural que ha acompañado a la humanidad desde la antigüedad, todo gracias a su gran sabor y a las múltiples propiedades curativas y beneficios para la salud. Durante miles de años fue el único edulcorante natural, hasta que comenzó a procesarse la caña de azúcar, hace unos 2.500 años.
Existen muestras rupestres que demuestran que hace más de 7.000 años se recolectaba la miel de las colmenas, como quedó grabado en la “Cueva de La Araña”, en Valencia, España. También lo atestiguan jeroglíficos egipcios de más de 5.500 años, así como pruebas que en Creta practicaban la apicultura cerca del año 2.400 a.C.
Múltiples beneficios
Los antiguos griegos, egipcios, romanos y árabes lo consideraban un producto con toques divinos, hay referencias de la miel tanto en la mitología como en la Biblia. Con el paso del tiempo se fueron comprobando las propiedades de la miel abeja para una vida sana, y es que por milenios se ha utilizado como remedio medicinal para diferentes enfermedades.
El color ambarino de la miel es muy seductor y su dulce sabor es uno de sus atractivos, además se le atribuyen poderes afrodisíacos. Esta sustancia que producen las abejas al procesar el néctar de las flores, tiene características únicas que permiten que mantenga su frescura, sin dañarse por largo tiempo.
Este compuesto alimenticio es el único que no se descompone con el paso del tiempo, en vista de su gran contenido de azúcar y únicamente 17% de agua. Tiene bajo nivel de humedad y alto grado de acidez, lo que impide que los microorganismos y bacterias se alojen.
La miel posee altos niveles de ácido fólico, lo cual estimula la generación de glóbulos rojos, y aumenta los anticuerpos que enfrentan enfermedades. A esta dulce sustancia le atribuyen poderes antibióticos y antisépticos.
Nutritiva y digerible
La miel es uno de los alimentos más fáciles de digerir, sobre todo si se mezcla con jugo de limón o canela. Las enzimas que componen la miel favorecen que el cuerpo absorba las moléculas de azúcares y almidón, del mismo modo, aporta minerales y nutrientes que favorecen el proceso digestivo, con lo cual alivia o previene problemas estomacales.
Se estima que la miel pura tiene la propiedad de eliminar varios tipos de enteropatógenos y bacterias patógenas.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la miel es rica en vitaminas, sales minerales y enzimas que le aportan características organolépticas y nutritivas inigualables.
También tiene la propiedad de frenar la descomposición de las células, debido a su poder antioxidante, lo que la hace una sustancia que ayuda a prevenir patología en el sistema inmune y cardíacas, así como la inflamación.
Antiséptico y bactericida
Durante siglos se ha usado la miel para curar heridas, quemaduras, picaduras de bichos, forúnculos y llagas, esto gracias a las propiedades bactericidas debido a la presencia de glucosa oxidasa. Es muy utilizada como exfoliante y para eliminar el acné.
También es frecuente para tratar patologías bucales como la periodontitis, la gingivitis, la halitosis (que causan mal aliento), las aftas en la boca y la estomatitis, la cual se produce con la inflamación de las mucosas bucales.
Uno de los beneficios más conocidos que se le atribuye es la de calmar la tos, así como del dolor y la infección de garganta. Generalmente, se mezcla con limón o lima. Esto gracias a que se le atribuyen propiedades antivirales, antiinflamatorias y anti fúngicas.
Asimismo, se utiliza para tratar el reflujo gástrico, también para inhibir la gastritis y la úlcera péptica. También se usa para ayudar a sustituir la glucosa para que se hidraten los pacientes con gastroenteritis. Se le considera, además, que tiene poderes calmantes del dolor para pacientes hepáticos y con problemas del páncreas.