Se trata de un servicio cada vez más importante para las grandes industrias, sabiendo que contarán con el asesoramiento de expertos para mejorar la rentabilidad de la entidad y poner en marcha planes más productivos, todo ello con base en la normativa vigente.
Hay quienes piensan que todo el tema de la ingeniería industrial es algo relativamente nuevo, pero nada más lejos de la realidad. Todo lo relacionado con este sector tiene ya su historia, de hecho, las primeras consultorías en este terreno se remontan a la época de la Revolución Industrial, ya que fue entonces cuando se creó lo que se conoce como la fábrica moderna.
En unos comienzos, la consultoría se relacionaba con la parte administrativa o de dirección de la empresa, pero con un gran enfoque hacia la fábrica en sí. Es en estos momentos cuando se va plasmando la idea de este tipo de consultoría, sabiendo que desde aquella época el principal objetivo de la misma era mejorar la productividad en todos los niveles, con base en aspectos clave dentro de una entidad como es el caso de la eficiencia, la logística, el ahorro, el estudio de los tiempos o una mejor organización del trabajo, entre otras muchas más cosas.
¿En qué consiste este servicio?
Una consultora ingenieria industrial ofrece un servicio de asesoramiento a las empresas totalmente especializado y personalizado, sabiendo que este servicio se puede aplicar a numerosos sectores industriales, con el fin de mejorar la eficiencia y ofrecer soluciones prácticas a los posibles problemas o contratiempos que puedan surgir.
Habitualmente, es un servicio dirigido especialmente a grandes empresas y organizaciones, realizando análisis de la situación actual de la entidad y elaborando planes de mejora en todas las áreas que se necesiten.
Fases de una consultoría industrial
Como es evidente, este servicio siempre lo tiene que llevar a cabo un consultor experto en la materia, profesional certificado que tendrá que pasar por varias etapas.
De esta manera, lo primero que hay que hablar es de la fase inicial, es decir, la primera toma de contacto entre consultores y empresa, donde se llevan a cabo encuentros y reuniones para poder detectar el problema que se quiere tratar y solucionar.
Una vez que se tiene todo esto claro, el siguiente paso es el de diagnóstico. Aquí el experto debe realizar una investigación y analizar detenidamente los problemas que anteriormente se han mencionado.
Tras la fase de diagnóstico comienza el plan de acción. Una etapa de gran importancia, puesto que es aquí donde hay que estudiar las posibles soluciones más efectivas para los problemas o poner sobre la mesa alternativas de mejora. Por supuesto, el consultor debe encargarse de elaborar el plan.
Después llega la fase de aplicación, es decir, todo lo recogido en el plan de acción anterior se prueba antes de ponerse en marcha con el objetivo de garantizar que el plan es 100% viable para la empresa.
Finalmente, en la fase de terminación, el consultor evalúa todos los cambios propuestos en el plan de acción y analiza los resultados obtenidos con la prueba previa realizada, presentan un informe detallado a la entidad.
Los documentos
Por norma general, en cada una de estas fases hay que crear o rellenar ciertos documentos para garantizar que el plan es el correcto. En este sentido, durante una consultoría de estas características, el consultor debe aportar toda la documentación generada tanto en el análisis de los problemas, como las propuestas que se llevan a cabo, el momento de la prueba y por supuesto, el informe final.
Se trata de una información de gran importancia que servirá de resguardo a las empresas y al propio consultor, con el fin de tener una base por si en el futuro, se realizan otros cambios o surgen imprevistos.
Principales objetivos
Una consultoría de ingeniería industrial pretende, entre otras cosas, reducir los costes que pueda tener una entidad, al igual que los tiempos de producción. También tiene por objetivo estandarizar los métodos utilizados, mejorar al 100% el rendimiento de los equipos, realizar nuevas implementaciones y por supuesto, establecer metodologías de calidad.