La salud dental es, en demasiadas ocasiones, una de esas cosas que se va posponiendo hasta que, en ocasiones, es demasiado tarde para salvar una o varias piezas. Una sonrisa sana es cuestión no solo de estética sino de salud elemental, y gracias al trabajo de profesionales de un laboratorio dental es posible devolverle todo el brillo y salud a la sonrisa mediante las más avanzadas prótesis.
Sin embargo, ¿cuándo necesitas una prótesis dental? No siempre es fácil saber cuándo va a hacerse necesario el plantearse una de estas opciones, y aunque lo mejor es siempre acudir al odontólogo para buscar su consejo, hay algunas señales que pueden avisarnos de que es momento de concertar cita.
Cómo saber cuándo necesitas una prótesis dental
Una rutina de higiene dental adecuada es la base de la salud bucodental. Es necesario aprender a cepillarse los dientes adecuadamente al menos dos veces al día, así como complementar el cepillado con el uso de seda dental para poder retirar las acumulaciones de placa.
Además de todo esto, las visitas periódicas al odontólogo para realizarse las revisiones pertinentes son también de igual importancia, de forma que el dentista pueda detectar a tiempo cualquier problema y ponerle solución antes de que se agrave.
Del mismo modo, ante cualquier duda, molestia o dolor lo mejor es consultarlo con un profesional, que podrá asesorarte adecuadamente acerca de qué tipo de tratamiento o solución elegir, entre los que se encuentran, cuando no es viable recuperar una o varias piezas, las prótesis dentales.
Sin embargo, hay algunas señales que cualquiera puede aprender a distinguir y que pueden ser significativas a la hora de prepararse para usar prótesis dentales:
- La edad. Puede parecer evidente, pero nadie es inmune al paso de los años. Y aunque aquí la genética tiene mucho que decir al respecto, es muy normal que, conforme envejecemos, los dientes pierdan fuerza y sujeción, aun si se mantienen rutinas perfectas de higiene y salud dental. Cuanto mayor seas, más importante es que acudas al dentista.
- Mal aliento. Tener mal aliento no implica necesariamente un problema grave bucal, pues puede tratarse simplemente del efecto de una digestión pesada o de contar con ingredientes de olor fuerte en la dieta. Un mal aliento persistente, en cambio, puede ser síntoma de gingivitis, que podría agravarse y suponer problemas de pérdida de piezas.
- Dientes rotos. Tanto si la causa es un traumatismo como si simplemente ha ocurrido al masticar, un diente roto no significa necesariamente que la pieza deba ser extraída y sustituida por una prótesis: muchos daños se pueden reconstruir sin problemas por el odontólogo. Eso sí, si la pieza ha quedado demasiado dañada, puede que sea la mejor opción.
- Falta de una pieza. Una pieza vacía en la boca no es solo una sonrisa menos bonita, sino también un potencial problema en la boca. La dentadura está hecha para ajustar en la mordida, y si queda un hueco vacío durante demasiado tiempo, es posible que otras piezas acaben moviéndose por su culpa. Si te falta una pieza, no dudes en ponerle remedio cuanto antes.
Hay otros problemas a la hora de saber cuándo necesitas una prótesis dental, como encías inflamadas o caries: ante la duda, acude siempre a tu profesional y déjate asesorar.