La educación superior en cualquier país representa una oportunidad para que los jóvenes adquieran habilidades y conocimientos avanzados, y a menudo es considerada una vía directa hacia un empleo estable y bien remunerado. Sin embargo, en España, que ha registrado altas tasas de desempleo en los últimos años, el acceso a la educación superior no deja de ser un desafío, creando un círculo vicioso entre la falta de oportunidades educativas y la de empleo.
Según datos del INE, en 2022, la tasa de desempleo para hombres menores de 25 años en España fue del 28,9%, siendo la más elevada de la UE-27 y casi duplicando la media de la Unión, que es del 14,6%. Por otro lado, la tasa de desempleo entre las mujeres jóvenes españolas alcanzó el 30,8%, situándose en el segundo puesto más alto, solo superada por Grecia con un 38,8%, y más que duplicando la media de la UE-27, que es del 14,5%.
Falta de formación y su relación con el empleo precario
Es necesario realizar un análisis entre la falta de una formación superior y las dificultades para encontrar un empleo de calidad. Entre ellas, hemos de resaltar el propio hecho de realizar una inversión económica para los estudios superiores. Si bien en España la educación pública es obligatoria, las tasas universitarias suponen una barrera para muchas familias, sobre todo aquellas que tienen dificultades para llegar a final de mes. La realización de estudios superiores siempre implica desplazamientos, materiales, tasas universitarias y en algunos casos, alojamiento. Cuando la economía se encuentra en momentos difíciles, la preocupación por una formación superior pasa a un segundo plano.
Igualmente, es importante reseñar que, en algunos casos, la oferta académica puede no estar del todo alineada con la demanda de nuestro mercado laboral. Esto da como resultado que haya muchos jóvenes con estudios universitarios finalizados y que se encuentran ocupando puestos para lo que no es precisa esta formación o bien, están directamente en el paro.
Es obvio que el panorama educativo español es un fiel reflejo de la situación económica. Nadie debería quedar atrás con respecto al acceso a estudio superiores, conformándose con empleos precarios, mal remunerados y en los que se establece un peligroso círculo vicioso. Aunque mal pagados, prefieren desempeñar esa labor antes que están en el paro, y llega un momento en el que se terminan acomodando. Una situación bastante preocupante y que debe ser resuelta por parte de las administraciones. Romper el ciclo de desempleo y el de trabajos de poca calidad, sobre todo, cuando están siendo ocupados por personas con excelente formación, es fundamental para promover un cambio dinámico muy necesario en nuestro país.
El complejo panorama español
De la misma manera, la saturación de titulados universitarios en España no deja de ser una realidad. El número de facultades es demasiado alto, y esto tiene como resultado un número elevado de personas recién graduadas que el mercado laboral español es incapaz de acoger. Por eso, existen unas alternativas en forma de otro tipo de estudios, en los que la tasa de colocación es muy elevada. Por ejemplo, todo lo que tenga que ver con los entornos digitales, ciberseguridad, diseño UX/UI o desarrollo web.
En la actualidad, las empresas valoran de manera muy positiva, personas con diferentes capacidades, por ejemplo, la de adaptarse rápidamente a los cambios, tener iniciativa y ser solvente a la hora de solucionar problemas. No se trata de que la educación universitaria esté de capa caída ni mucho menos, sino que hay una serie de perfiles muy específicos que requieren personas con este tipo de cualidades. Dentro de estos sectores no suele faltar el empleo, y disponer de la formación correspondiente, permite asegurarse un trabajo de calidad y con amplia proyección de futuro.
Por supuesto, hay Ayuda para pagar estudios y romper esas barreras. Por ejemplo, la Financiación ISA permite estudiar coste cero y devolver esa inversión realizada una vez que la persona se ha incorporado al mercado laboral. De esta manera, el beneficiario puede centrarse en sus estudios y sin tener que buscar un empleo a tiempo parcial para poder costearlos. Conseguir un trabajo de calidad permite poner en práctica todo lo aprendido y desarrollar una serie de habilidades muy necesarias en la actualidad. Es posible encontrar un empleo bien remunerado, y en el que esa persona se encuentre disfrutando con lo que hace.
Es necesario que nuestro país consiga invertir esa tendencia creciente de empleo, precarios, mal remunerados, y que, en muchos casos, solo ocupados por titulados universitarios. Apostar por un futuro de calidad gracias a una formación orientada a las necesidades del mercado, posibilita incorporarse a él de manera plena. No hay mejor satisfacción para alguien que ha invertido tiempo, recursos y esfuerzos en una formación que poder desempeñar sus habilidades en una empresa que sabe valorarlo, suponiendo además esto un trampolín que permite ir escalando posiciones.