Los mercados monetarios internacionales están en constante búsqueda de fórmulas que garanticen la rentabilidad. Asimismo, los Estados hacen lo propio buscando su hegemonía económica en el panorama mundial, sin embargo, las políticas monetarias actuales están cayendo en errores que tienen muchos ejemplos en los que mirarse para no repetirlos y que, aun así, se siguen cometiendo, cuando hace casi trescientos años, Cantillon ya avisaba sobre sus efectos adversos
La ciudadanía en general, en términos económicos, solo suele atender a sus necesidades básicas del día a día y su interés se centra en mantener un equilibrio de la economía familiar en condiciones lo más óptimas posibles. Sin embargo, aunque la mayoría de la población es ajena a los valores macroeconómicos, no es consciente de la importancia vital que estos tienen para su propio equilibrio. La inflación lleva meses instalada en el imaginario colectivo, el aumento de los precios de la energía, así como el de la mayoría de productos alimentarios y de primera necesidad, son la primera consecuencia de estas políticas financieras macro que controlan los grandes mercados, los bancos y los gobiernos.
No obstante, hay que echar un vistazo a la situación social, económica y comercial a nivel global, donde se aprecian los cambios que se han introducido tras haber atravesado una crisis sanitaria mundial sin precedentes en el último siglo, añadido a una guerra en Ucrania que ha derivado en otra crisis en los mercados energéticos, y que ha venido a agravar, aún más, la incertidumbre de la economía, y cuyas consecuencias las está pagando la ciudadanía en general.
Pero si se atiende a la base teórica de la economía, hay que reconocer que el desastre de la política monetaria actual no es nuevo: Friedman y el Efecto Cantillon ya establecieron bases teóricas que vaticinaban en el S. XVIII los desequilibrios que los cambios en las ofertas monetarias crean en la economía, ya que esos cambios son asumidos de manera desigual.
Por tanto, la pandemia, la nueva recuperación de los mercados tras las primeras fases de la misma, la oferta y la demanda, tanto de servicios como de productos, y los elevados costes de la energía, junto al conflicto ruso-ucraniano, están siendo los principales consecuentes de esas inflaciones. Al respecto, cabe destacar que España está en cifras que no se veían desde 1992.
La teoría de Cantillon sobre la política monetaria
Este teórico irlandés, a caballo entre los siglos XVII y XVIII, desarrolló una teoría económica conocida como Efecto Cantillon, basado en: debido a una decidida expansión monetaria, el dinero no se distribuye por igual en el sistema económico. Según dicho economista, este sigue una tendencia clara que atiende a cuestiones de jerarquía, siempre viéndose beneficiados los más poderosos. Así pues, el Efecto Cantillon tiene un recorrido de arriba hacia abajo, dando prioridad a las grandes corporaciones y entidades cercanas al Gobierno, lo que supone un evidente desequilibrio que afecta a la ciudadanía y al pequeño negocio.
Consecuencias inmediatas del Efecto Cantillon
Para comprender con más claridad cuáles son las consecuencias directas de esta teoría económica aplicada a la actualidad, lo más lógico es poner un ejemplo que clarifique en qué consiste.
Durante la crisis de la Covid-19, el mercado turístico, prácticamente, cesó toda su actividad. Antes de esta situación era un sector muy democratizado, con multitud de ofertas que permitían a la mayoría de las familias acceder a unas vacaciones. Tras la pandemia, la demanda de hoteles y complejos turísticos hizo que se mermaran las ofertas, que los precios se incrementaran y, por tanto, fuesen las cadenas hoteleras principales y con más recursos las que, en primer lugar, tuvieran la capacidad de resistir ante la crisis y después tener más capacidad de ofrecer la demanda; por eso, cuanta mayor demanda, mayor precio, y un claro acceso para las economías más solventes, que en consecuencia, podían disponer de esos servicios con más facilidad, dejando al lado o casi sin opciones al resto.
La aportación de Friedman a esta teoría
Por su parte, en contraposición, Milton Friedman afirmaba que los cambios en la oferta monetaria no provocaban efectos en el sistema económico a largo plazo, pero para refutarse aseguraba que: cuando los agentes implicados en la economía perciben que el dinero que poseen se ha devaluado, suelen cambiar su comportamiento y solicitan acceder a salarios adecuados para hacer frente al incremento de los precios. Por tanto, asegura Friedman, que cuando esos cambios se llevan a cabo, la falta de empleo y la producción vuelven a su punto de partida.
Pero, según estudios solventes en economía, esto no aporta una aclaración sobre qué mecanismos son los que se esconden en los incrementos de precios. Por tanto, los que acogen el nuevo dinero creado en primera instancia es obvio que ven incrementado su poder adquisitivo, ya que eso les permite comprar productos, servicios y/o capital con precios inferiores. En contraposición, el último eslabón solo tendrá la oportunidad de optar a ello cuando los precios se hayan visto incrementados. En definitiva, es evidente que las decisiones de la oferta monetaria no afectan a todos por igual, y se crean beneficiados y perjudicados.