La policía alemana continuó con la limpieza de un pueblo que iba a ser demolido para acomodar la expansión de una mina de carbón, con activistas aún escondidos en un edificio, casas en los árboles y un túnel.
LUETZERATH, Alemania – La policía alemana continuó el viernes con la limpieza de un pueblo que iba a ser demolido para acomodar la expansión de una mina de carbón, con activistas aún escondidos en un edificio, en casas en los árboles y en un túnel.
Antes de una manifestación que se realizará cerca el sábado, la activista climática sueca Greta Thunberg visitó el pequeño pueblo de Luetzerath y echó un vistazo a la cercana mina de carbón a cielo abierto Garzweiler. Junto con otros, levantó un cartel que exigía: «Manténgalo bajo».
Luetzerath se ha convertido en un hervidero de debate sobre los esfuerzos climáticos de Alemania.
La operación para expulsar a los activistas climáticos atrincherados en el pueblo comenzó el miércoles por la mañana, con algunas piedras, fuegos artificiales y otros objetos arrojados a la policía que avanzaba, pero sin mayor violencia. La mayor parte de la protesta fue pacífica.
La policía comenzó a despejar el último edificio ocupado el viernes y dijo que algunos otros activistas tendrían que ser evacuados de las casas en los árboles, informó la agencia de noticias alemana dpa.
También había dos activistas en un túnel. El jefe de la policía regional, Dirk Weinspach, echó un vistazo al pozo y denunció los riesgos que estaban tomando, dijo la dpa, pero dijo que no creía que hubiera ningún peligro grave para ellos. Dijo que los equipos de rescate especializados tendrían que sacarlos.
Los ecologistas dicen que la demolición del pueblo para ampliar la mina Garzweiler daría lugar a enormes cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero. El gobierno y la empresa de servicios públicos RWE argumentan que el carbón es necesario para garantizar la seguridad energética de Alemania.
Algunos manifestantes se quejaron de la fuerza policial indebida y otros dijeron que la escala de la respuesta policial, con policías traídos de todo el país y cañones de agua listos, era en sí misma una forma de escalada que no justificaba una protesta pacífica.
Los gobiernos regional y nacional, incluido el ecologista Partido Verde, llegaron a un acuerdo con RWE el año pasado permitiéndole arrasar el pueblo abandonado a cambio de poner fin al uso del carbón para 2030 en lugar de 2038.