Son diversos los problemas que puede afrontar un individuo a lo largo de su vida y uno que termina siendo muy estresante, sobre todo para una mujer o incluso para una pareja, son los derivados de la infertilidad.
Los problemas que causan la infertilidad son diversos y afectan a un buen porcentaje de personas, tanto hombres como mujeres. Aun cuando se haya tenido una educación sexual sana y a lo largo de la vida se hayan aprovechado los métodos anticonceptivos más comunes para poder prevenir un embarazo no deseado o alguna enfermedad de transmisión sexual, lo cierto es que no se está exento de afrontar dificultades para concebir.
En estos últimos tiempos y sobretodo en países desarrollados, se ha implantado una tendencia para retardar el momento de tener un hijo, bien sea por razones muy personales, e incluso profesionales. Es por ello, que muchas mujeres tienen decidido convertirse en madres luego de pasados los 30 años. En el caso de España, un estudio reciente ha determinado que una de cada 5 mujeres llega a tener su primer hijo a los 35 años e incluso después de esta edad, pero por fortuna, la mayoría de ellas, tienen hijos sanos y sin complicaciones.
Lo cierto es que llegado el momento de decidir procrear, es probable que la pareja se encuentre con una suma de situaciones y factores adversos que puedan impedirle la fecundación y es en este momento cuando comienzan a hacerse presentes síntomas de índole psicológico como miedos, negaciones, complejos y otros.
Existen registros un tanto alarmantes de rupturas de parejas y matrimonios que no logran soportar el conflicto y terminan separándose. Esto, entre otras situaciones provocan problemas psicológicos de diversa índole, por lo que contar con una ayuda especializada, se convierte en la mejor alternativa para sobrellevarlo y superarlo.
Está comprobado que entre un 30 y 60% de los pacientes que son sometidos a tratamientos de fertilidad, comienzan a sufrir episodios de depresión, ansiedad y hasta desesperanza, todo por el hecho de no saber afrontar algunos sentimientos de culpabilidad e incluso, de falta de autoestima.
Es en este momento, cuando una orientación y apoyo de especialistas son necesarios. Si te encuentras en una situación similar a la descrita puedes consultar aquÃ. Todo esto se debe a que, lo que en un momento podría ser una ilusión y un momento de felicidad para la pareja se llega a transformar en una lucha constante, frustrante y agotadora, por ello la atención psicológica en estos casos es cada vez más frecuente.
Es de seguro que se trata de una situación muy difìcil y por lo que ninguna pareja quiere pasar. Cuando se buscan todas las ayudas de manera oportuna y especializada, lo más probable es que se llegue a un feliz término y los objetivos propuestos sean alcanzados de mejor manera posible.
También se ha hablado de la infertilidad psicológica
Para sorpresa de algunos y esperanza para otros, es muy frecuente escuchar planteamientos especializados que aseguran que muchos casos de infertilidad han sido solucionados luego de haberse sometido (la pareja) a tratamientos psicológicos.
Otros estudios serios arrojan que un 15% de casos de infertilidad no son atribuidos a una situación médica particular, dejando abierta la gran posibilidad de que esta patología se deba al estrés y a la ansiedad que se genera en las propias parejas por el deseo de tener un hijo y generar sentimientos de frustración mes a mes cuando ven que no han conseguido concebir.
Si podemos ser más específicos con esta teoría, también se ha comprobado que en el caso de los hombres, los trastornos emocionales provocados por el estrés y la ansiedad, llegan a influir en la producción y el volumen de esperma. De hecho, es una de las causas más comunes que conllevan a problemas de infertilidad en la pareja, y son las mismas que, con más frecuencia, son relacionadas con problemas psicológicos.