BONGA, Filipinas – Miles de personas que huyeron de sus hogares en el centro de Filipinas para escapar de un volcán inquieto tienen que lidiar con otra amenaza que complica las evacuaciones en curso: las lluvias monzónicas que podrían ser provocadas por un tifón que se aproxima.
Más de 6.000 aldeanos se vieron obligados a abandonar las comunidades rurales dentro de un radio de 6 kilómetros (3,7 millas) del cráter del volcán Mayon en el noreste de la provincia de Albay. Miles de personas deben ser trasladadas fuera de la zona de peligro permanente a un lugar seguro, dijeron las autoridades.
Otros que vivían fuera del perímetro empacaron sus maletas y se fueron voluntariamente con sus hijos a los centros de evacuación en Albay, que se colocó en estado de calamidad el viernes para permitir un desembolso más rápido de fondos de emergencia en caso de que ocurra una erupción importante.
Las autoridades elevaron el nivel de alerta para el volcán el jueves después de que flujos de gas, escombros y rocas sobrecalentados cayeran en cascada por su ladera superior, lo que indica actividad debajo de la superficie que podría preceder a una erupción peligrosa en días o semanas.
Una importante atracción turística por su pintoresca forma cónica, el Mayón de 2462 metros (8077 pies) es uno de los volcanes más activos del país. Estalló violentamente por última vez en 2018, desplazando a decenas de miles de aldeanos.
Las autoridades advirtieron que el tifón Guchol, que se acerca a Filipinas desde el Pacífico pero se espera que pase por alto el archipiélago, aún podría traer fuertes lluvias, una noticia desagradable para cualquiera que viva cerca de las laderas de Mayon.
«Hay un tifón y las inundaciones podrían venir de Mayon e inundar este pueblo. Ese es uno de nuestros temores», dijo Villamor López, un pintor de casas, a Associated Press.
Estaba sentado preocupado con sus familiares aferrados a sus bolsas de ropa, arroz en bolsas y botellas de agua limpia en una camioneta que transportaba a los residentes de la ciudad de Daraga en Albay a un refugio de emergencia a varios kilómetros (millas) de distancia.
Otros residentes estaban hablando al costado del camino cerca de una capilla, aún indecisos sobre si irse.
Un altavoz en su tranquila comunidad de casas de campo de poca altura y callejones estrechos advirtió a la gente que se preparara para evacuar en cualquier momento si la situación empeoraba. En el cielo nublado sobre ellos, el volcán estaba oculto por espesas nubes de lluvia.
El líder de la aldea, Dennis Bon, que se preparaba para llevar a López y otros al refugio, dijo que no se arriesgaría a esperar hasta el último minuto.
“Aquí tenemos niños, personas con discapacidades y ancianos residentes”, dijo Bon antes de irse.
El gobernador de Albay, Edcel Greco Lagman, y el secretario de Bienestar, Rex Gatchalian, dijeron que están preparados si las lluvias monzónicas provocan flujos de lodo y desprendimientos de rocas.
“Todavía vamos a asegurarnos de que no tengamos víctimas de calamidades agravadas”, dijo Lagman.
A pesar de las crecientes preocupaciones entre muchos aldeanos, aquellos que habían sobrevivido a las erupciones de Mayon durante décadas estaban tomando las últimas amenazas con calma.
En el pueblo de Bonga, cerca del volcán, algunos hombres se bañaron con cautela en un manantial de agua mineral que fluía por las exuberantes colinas de Mayon y lavaron dos motocicletas cerca de rocas tan grandes como automóviles que habían volcado años atrás durante erupciones anteriores.
Se encogieron de hombros y sonrieron cuando se les preguntó si los nuevos estruendos del volcán causaban miedo.
Filipinas se encuentra a lo largo del «Anillo de Fuego» del Pacífico, el área alrededor del borde del océano donde se encuentran las placas tectónicas y que es propensa a terremotos y erupciones volcánicas. Un volcán inactivo durante mucho tiempo, el Monte Pinatubo, explotó al norte de Manila en 1991 en una de las erupciones volcánicas más grandes del siglo XX, matando a cientos.
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El periodista de Associated Press Aaron Favila contribuyó a este despacho.
