Tanto la tecnología como la digitalización han hecho que la enseñanza sufra una gran transformación, y en todo esto hay tres metodologías educativas que debes conocer: Design Thinking, Metodología Inversa y Gamificación. Cada una de estas metodologías responden a la necesidad de preparar a los estudiantes para los retos futuros. Por lo que incluso se incluyen planes basados en la innovación como el Bachillerato internacional.
Metodologías educativas innovadoras
Tal como mencionamos hay tres metodologías educativas que alzan como las más innovadoras, y buscan conseguir mejores resultados con los estudiantes, dichas metodologías son:
Design Thinking
Lo primero que hay que conocer sobre esta metodología es que era de los diseñadores, pero pasó a formar parte de la enseñanza, alineando las necesidades de cada alumno con los recursos disponibles para darles salida. En este modelo de aprendizaje los puntos más importantes son la creatividad y la competencia digital, para poder poner al alumno en el centro de aprendizaje.
Gracias a esta metodología los estudiantes son capaces de encontrar ideas innovadoras y eficientes por medio de métodos como el brainstorming para poder solucionar problemas. Esto a su vez tiene un impacto en el desarrollo de otras habilidades como el liderazgo, emprendimiento y la colaboración.
De hecho, el Design Thinking permite a los alumnos desarrollar su empatía, ya que tiene que refinar su percepción y ser capaces de ponerse en el lugar de los demás para dar con soluciones con sentido. Además, por medio de distintas fases del proceso creativo, el estudiante también desarrolla su capacidad de ideación.
Flipped Classroom o Metodología a la Inversa
A este modelo educativo también se le conoce como aula invertida, y propone invertir el sistema educativo que se viene aplicando hasta ahora. En concreto busca que los alumnos estudien y se preparen las lecciones fuera de clase, permitiéndoles acceder en casa a los contenidos de las asignaturas para que, luego en el aula se hagan los deberes, interactúen y realicen actividades más participativas.
Obviamente, todo apoyándose de forma acentuada en las nuevas tecnologías y con un profesor que actúe como guía. Entre las ventajas de esta metodología educativa, tenemos que los alumnos son los protagonistas de su propio aprendizaje y se implican desde el primer momento, debido a que les dota de responsabilidades. Al mismo tiempo, se habla de una personalización de la enseñanza y el desarrollo de habilidades críticas y analíticas.
Con este modelo se busca optimizar el tiempo en el aula, dejando las tareas más sencillas en manos del alumnado, como puede ser la memorización de conceptos. Mientras que se reservan las horas selectivas para las tareas más complejas como puede ser el análisis, el razonamiento o la reflexión.
Gamificación
Por último, pero no menos importante tenemos la gamificación, que consiste en la implementación de juegos en los programas educativos. Hay que mencionar que estos tienen consecuencias muy positivas en los estudiantes. De hecho, estos aumentan su interés, motivación y su esfuerzo por medio de la diversión.
Además, hay que tener en cuenta que las actividades lúdicas pueden facilitar de forma considerable la interiorización de los conceptos. Todo esto hace que esta sea una de las metodologías educativas más populares y eficientes.
De hecho, dentro de este modelo hay muchas dinámicas y la tecnología pasa a tener un papel importante. Con esto último estamos hablando de aplicaciones o webs, ya que estas pueden ser herramientas perfectas para llevar a cabo este tipo de actividades. Obviamente, esto sin olvidar que no se trata de un simple juego, sino que es un modelo educativo para aumentar el compromiso y mejorar los resultados de los alumnos.