El pasillo es una de las piezas más singulares de la casa, porque a la vez que es el lugar de mayor tránsito, a menudo es el más descuidado y menos atendido. Pero eso es fácil de evitar si encontramos la alfombra pasillera adecuada.
Alfombra pasillera, nueva vida para el pasillo
Hay muchos motivos por los que deberíamos colocar una alfombra en el pasillo.
Las alfombras de pasillo se encargan de dar nueva vida a zonas que muchas veces están oscuras o mal iluminadas, y en las que la decoración brilla por su ausencia.
Una alfombra de pasillo sirve para hacer el pasillo más cálido. Si se colocan alfombras de tono claro contribuyen a dotarlo de luz y claridad.
Encuadran el ambiente, delimitando zonas y dotan al pasillo de riqueza visual. Además, realzan el suelo, ya que la parte que queda a la vista se complementa con la alfombra, en una sana retroalimentación.
Y por último, en una zona de mucho paso como es el pasillo, una alfombra resistente, duradera y lavable contribuirá a proteger el suelo, especialmente si es de madera.
Pasilleras a medida: la solución ideal
El problema con los pasillos es que no hay dos iguales. No existe lo que podríamos llamar una medida estándar para las alfombras de pasillo. Hay pasillos de tres metros, otros de cinco y otros de 10.
Por eso, las alfombras de pasillo de medidas estándar (habitualmente de dos metros de largo) no nos van a hacer buen servicio, ya que nos quedarán cortas (la mayoría de las veces), largas, o tendremos que colocar varias seguidas, con lo que se rompe la composición y la continuidad visual.
Una alfombra a medida para el pasillo nos permite enfocar el pasillo como un todo, creando un espacio definido en el que la alfombra está enfocada a realzar y vitaminar el pasillo, creando conjunto suelo-alfombra en el que ambas partes salen ganando.
Cuidado con los espacios: deja respirar al suelo
¿Cuál es la medida adecuada para una alfombra pasillera? Como cada pasillo es distinto, no se puede dar una regla para cada pasillo, sino un consejo general pero que vale para todos los casos.
Mide tu alfombra cuidando los espacios y dejando sitio suficiente para que el suelo se vea y “respire”.
Por ejemplo, si el pasillo es de 95 cm de ancho, una alfombra de 70 cm de anchura dejaría libres 25 cm, es decir, 12,5 a cada lado. Esa distancia es clave para que ambas piezas, suelo y alfombra luzcan mejor.
En los fondos, lo mismo. Si pegamos el borde de la alfombra al fin del pasillo puede quedar muy brusco. Si, en cambio, dejamos medio metro por ejemplo de suelo visto a cada lado conseguiremos integrarla mucho mejor. Cada lugar tiene su propia medida adecuada.
Un truco fácil y barato para establecer la medida correcta es marcar el pasillo con cinta de pintor y ver el efecto. Luego la cinta se retira sin problema y así nos aseguramos de que nuestra alfombra pasillera a la medida tendrá la medida exacta para dar nueva vida a nuestro pasillo.