El almacenamiento de mercancía es un aspecto clave en la cadena de trabajo de cualquier comercio. Este es un punto que aplica, tanto en el caso de lo que se importa desde el exterior, como de lo que se produce dentro del país. Asegurar que el centro de almacenamiento sea el idóneo, será fundamental para resguardar la inversión realizada en dichos productos.
Cuando se trata de tomar buenas decisiones en el área comercial, el lugar donde se almacena la mercancía es uno de los más importantes. De ello dependerá que todo esté en óptimo estado y se tenga facilidad a la hora de movilizar los productos a los puntos de venta. Y sí, esto aplica a mercancía nacional y extranjera por igual.
Es por eso que para tener plena seguridad de que un recinto fiscal ofrece todo lo que podría considerarse como inmejorable, merece la pena invertir tiempo en conocer cuáles son las características que deben guardar estos espacios, así como las facilidades administrativas para quienes hagan uso de él.
Productos siempre disponibles
La idea de tener un centro de almacenamiento no es solo que la mercancía esté protegida, sino también que esté accesible para acceder a ella en el momento en el que se necesite. De esta manera, será posible asegurar un flujo de trabajo apropiado del inventario, evitando que haya falta de productos en las estanterías donde se exhiban los productos.
A nivel productivo, este es un punto que resulta trascendental, porque evitará los molestos cuellos de botella que son capaces de hacer que se pierda mucho dinero al no tener la materia prima disponible cuando sea necesaria.
Retorno al extranjero
Es muy importante elegir un recinto fiscal que permita devolver la mercancía al país donde se compró sin mayores inconvenientes, sobre todo en lo que implica el pago de impuestos de aduanas, ya que la idea es evitar a toda costa que se siga estableciendo el abandono aduanal.
Pago de impuestos de acuerdo con las condiciones
Ahora bien, en el caso de mercancía que sí se vaya a utilizar, es justo considerar que el pago de impuestos se lleve a cabo en función de las condiciones de trabajo que se deban tener. Así, es posible que el mismo se ejecute en su totalidad o que se establezca un pago parcial, porque es lo que dará respuesta a las necesidades de venta.
Cumplimiento de las normativas vigentes
Este es, quizás, el aspecto más relevante, porque es el que evitará que todo el esfuerzo hecho para conseguir la mercancía se vaya por tierra por una acción en contra de lo establecido dentro de la ley. Para ello, es muy importante verificar las exigencias del ente rector y comprobar que el recinto fiscal las cumpla por completo.
En caso de que alguna disposición se incumpla y ello pueda poner en riesgo la titularidad de la mercancía, será mejor evitar realizar contrataciones con dicho centro de almacenamiento.
Titularidad de la mercancía
Lo normal es que la mercancía esté a nombre de la persona que realiza la compra dentro del país. Sin embargo, es posible que la misma pertenezca a una empresa del extranjero y que mantenga su titularidad, solo estableciendo una facturación posterior a quién esté ejecutando la importación, para que todo quede bien documentado.
Para poner en marcha este punto, es importante disponer de una correcta asesoría, que asegure que todo se hará dentro de los canales normales y que la mercancía podrá ser trasladada hacia los diferentes puntos de venta, para llevarla al consumidor final sin problemas.
Decidirse por un buen centro de almacenamiento de mercancías puede ser una solución que ayude a evitar muchos quebraderos de cabeza a lo largo de la vida de cualquier negocio. Solo quedará verificar que cumpla con las características mencionadas aquí, ya que las mismas serán las más relevantes en lo que se refiere a este tema.