Estar al día con la Hacienda Pública, cumplir con las obligaciones fiscales y mantener un control de los gastos, son tareas esenciales.
Cualquier empresa, sociedad o autónomo que tenga interés por mantener la sostenibilidad de la compañía, lo primero que debe hacer al formalizar la sociedad es contratar los servicios de una asesoría fiscal, laboral y legal. Con ello, no solo garantiza el hecho de obtener resultados positivos con sus inversiones, sino también, contribuir a mejorar la riqueza y empleabilidad en los términos que marca la ley.
Así pues, en caso de necesitar un asesoramiento fiscal, cualquier empresario debe conocer qué catálogo de servicios ofrecen las diferentes agencias, y decantarse por un paquete amplio y de garantías. Porque el despegue de la entidad puede depender, en gran medida, de la intervención de este servicio externo a la empresa, que además, lleva aparejadas múltiples ventajas.
Pero, ¿cuáles son principalmente esas virtudes? En primer lugar, destacar que con la incorporación de un asesor fiscal externo, la compañía se asegura un servicio global, especializado, y sin tener que hacer aportaciones o mantenimientos innecesarios respecto a dicho servicio. La otra opción es contratar a un asesor en la plantilla, pero eso ocupa un espacio, unas obligaciones y una logística innecesarias.
Al mismo tiempo, estos asesores fiscales están al tanto de todas las novedades que legalmente pueden atribuirse en beneficio de las empresas, por lo que será más fácil acceder a subvenciones, exenciones o rebajas fiscales.
Principales servicios de un asesor fiscal
Cuando se habla de fiscalidad, se trata del pago de tributos, impuestos y demás cuantías que deben satisfacer las compañías ante la hacienda estatal por parte del negocio, de ahí la importancia de esta figura.
Por todo ello, contar con el mejor y más solvente equipo, no es decisión menor. Los cambios en los mercados, la internacionalización de los mismos y la irrupción en las dos últimas décadas de la tecnología, han hecho que la fiscalidad haya sufrido cambios drásticos en muy poco tiempo.
La globalización de los mercados
Como se ha dicho, debido a la manera con la que funcionan actualmente los mercados, se han erigido nuevos retos dentro del entorno económico. En gran parte, esto es debido a que han aumentado las compañías que operan a nivel internacional. En esta misma línea, hay que decir que también hay que tener en consideración la inversión que se hace de capital extranjero en España, y también lo que sucede al contrario, empresas y grupos inversores nacionales invirtiendo en el extranjero. Todo ello tiene como consecuencia que las transacciones económicas que se derivan de este mercado global entre compañías, incluso del mismo grupo empresarial, haya aumentado exponencialmente, de ahí la importancia de estar al día con la fiscalidad y la necesidad de contar con expertos en el ámbito.
Estar al día con la Hacienda Pública
También es importante que se tenga un especial interés en dotarse de todas las armas posibles para que la empresa tenga al día todo lo relacionado con el ámbito fiscal. De ahí que los expertos en esta materia deban poseer una excelsa trayectoria ante procesos de inspección, así como de gestión y recaudación ante los procedimientos tributarios y jurisdiccionales.
Porque sí, los beneficios son esenciales para el mantenimiento de una empresa, pero hay que tener en cuenta que esos beneficios sean reales, no fruto de una contabilidad desastrosa o de una falta absoluta de solvencia respecto a las obligaciones fiscales. De ahí que los especialistas en esta materia sean esenciales, con objeto de definir la estrategia fiscal a seguir, que persigan la sostenibilidad y estén dirigidos a cosechar resultados óptimos.
Una compañía solvente es la que, cumpliendo con el conjunto de sus obligaciones, es capaz de seguir creciendo económicamente, a la par que su prestigio también experimenta un auge en los mercados. Eso dará confianza a los clientes, lo que puede suponer seguir creciendo bajo un ámbito solvente.