La OPS, Organización Panamericana de la Salud indicó que en Sudamérica se ha registrado en la última semana más de 2.200 muertes por COVID-19, lo que supone un claro aumento de fallecimientos a comparación con la semana anterior.
En diversas regiones del continente americano incrementaron los descensos, un ejemplo de ello es Norteamérica, donde fallecieron 2.295 personas que suponen un 15,7%, en el Caribe y en las Islas del Atlántico 112 personas y en Centroamérica 139.
Los aumentos de contagios no paran, y cada día el aumento es significativo, suponiendo nuevamente un gran problema.
En el caso de los contagios, Centroamérica se situó a la cabeza de los aumentos con 54 075 infecciones la semana pasada, lo que representó un incremento del 54,9 % respecto a los 7 días anteriores.
De acuerdo con datos específicos, en los 33 países y territorios se detectaron la última semana 1.56 millones de casos de infectados, y más de 4 mil muertes.
Las variantes que son predominante en la zona
En una conferencia de prensa virtual, la directora de la OPS, Carissa Etienne indicó que la subvariante ómicron BA.5 del coronavirus es la que más se ha detectado, pues se tienen datos que aseguran que son 22 países de América Latina y el Caribe que han dado a conocer que los enfermos llegan con esta variante, por lo que es la predominante en todas las regiones del continente durante estas últimas semanas.
La aparición de esta y de la variante BA.4 es un recordatorio de que el virus continúa en constante evolución cada vez que se transmite, por lo que se debe de seguir vigilante y siguiendo las medidas de protección.
En el caso de Estados Unidos, estas 2 subvariantes son las que predominan.
La pandemia sigue siendo una emergencia de salud
El comité en emergencia de la Organización Mundial de la Salud se reunió el pasado viernes y determinó que la pandemia sigue siendo un grave problema, una emergencia de salud pública que es de importancia internacional.
Michael Ryan, director de emergencias de la OMS señaló que los cambios recientes en las políticas de pruebas están dificultando que se detecten los nuevos casos y a su vez la evolución del virus.
Puesto que, la disminución de las pruebas de detención y la secuencia genómica con las que dificultan la evaluación del impacto real de las variantes del coronavirus. Esto impide que se evalúen si existen variantes nuevas, las características nuevas y la evolución del virus.
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