Como dice el refrán “El tiempo vuela”. Aún nos acordamos de la entrada del verano y de los meses más calurosos del año y, en un abrir y cerrar de ojos, nos estamos acercando a los meses de otoño que vendrán acompañados de unos descensos de las temperaturas, especialmente pronunciados en buena parte del país.
En estos meses, debido al cambio de estación, nuestro cuerpo se enfrenta a ciertas dificultades añadidas. ¿Cuáles son estas dificultades y cómo nos puede ayudar una buena dieta y unos hábitos saludables a mantenernos sanos?
¿Qué cambios debe afrontar nuestro cuerpo cuando llega el otoño?
Con la llegada del otoño, nuestro cuerpo se debe adaptar al descenso de la temperatura y a la reducción de la luz solar que recibe. Además, se enfrenta a un gasto energético más elevado para hacer frente a esta disminución de temperaturas. Esto significa que debemos ‘introducir’ más energía en nuestro cuerpo para afrontar este gasto extra.
Este gasto adicional de energía tiene consecuencias para nosotros. Generalmente, esto conlleva que nuestro sistema inmunológico, que nos defiende de gérmenes, virus y bacterias del exterior, esté más debilitado.
Si a esto le unimos que el otoño se suele caracterizar por venir acompañado de un clima húmedo y que esto hace que los mencionados virus y bacterias proliferen, hace que debamos de tomar medidas al respecto para evitar problemas respiratorios.
Por otro lado, la disminución de horas de luz en el día, consigue alterar algunos sistemas de nuestro cerebro. Y esto puede conllevar ciertos problemas de depresión, estrés u otros problemas de salud mental que debemos cuidar. Incluso puede afectar a nuestro estómago y crearnos problemas de digestión y estomacales.
¿Cómo podemos hacer frente al otoño en nuestra alimentación y con otros buenos hábitos?
Esto es lo que aconsejan algunos expertos de la medicina para hacer frente a los meses más fríos del año venideros.
Realizar una ingesta de alimentos variada
Es bueno incluir en esta ingesta alimentos de varios grupos. Entre ellos se incluyen la fruta y la verdura, por supuesto. Pero también los lácteos (incluyendo la leche), el pescado (fresco a ser posible), las legumbres, los huevos, la carne, el arroz o las pastas. Todo ello pudiendo ir acompañado de aceite de oliva.
Sin embargo, hay ciertos alimentos que nos ayudarán especialmente en estos meses. Por ejemplo, alimentos como el puerro, la cebolla o el ajo son una ayuda con los problemas respiratorios. Esto se debe a que estos alimentos favorecen la eliminación de la mucosidad, la tos y los patógenos de nuestro cuerpo.
También es muy interesante para nosotros ingerir una buena cantidad de alimentos que contengan vitaminas, especialmente Vitamina C. Para ello podemos tomar verduras como la col o frutas cítricas, como el pomelo, el limón, la naranja o la mandarina. Podemos acompañar la ingesta de estos alimentos con suplementos vitamínicos o alimenticios que podemos hallar en tiendas de vitaminas.
Dejar a un lado los alimentos menos saludables
Es muy conocido por todos que si comemos demasiados alimentos con exceso de calorías y grasas se pueden convertir en un problema para nuestro organismo. Por eso, debemos controlar muy bien la cantidad de azúcar, grasas trans o sal, entre otras, que introducimos en nuestro organismo.
Cambiar nuestros hábitos y adquirir hábitos más saludables
Para mantenernos sanos en los meses de otoño no es necesario hacer grandes despliegues físicos cada día. Pero se recomienda cambiar ciertos hábitos sedentarios que podemos tener. Por ejemplo, utilizar las escaleras y dejar de lado los ascensores (dentro de nuestras posibilidades). O reducir el uso de nuestro vehículo para desplazarnos y realizar caminatas a diario.